Foto:MARÍA JOSÉ EVANS (FOTO DE ARCHIVO)
A los ocho años ya jugaba fútbol en el Club Crim, corría maratones y competía en torneos de tenis en Argentina. Hoy, como volante de contención, participa en varias ligas femeninas, y asegura que el fútbol es una filosofía de vida.
Javier Quirós La ganadora de "Rojo, fama contra fama" no sólo ha construido una carrera artística en Chile, que incluye la grabación de cinco discos y la participación en televisión como actriz y animadora, sino que también dedica gran parte de su tiempo a cultivar el deporte que más la apasiona: el fútbol.
La faceta deportiva de María Jimena Pereyra surgió desde su infancia. Además de nacer en Argentina, un país ligado fuertemente al fútbol, se crió en una familia muy aficionada al deporte. Todo ello fue forjando su personalidad. Su característica principal a la hora de competir es alcanzar las metas a punta de coraje y ganas. "Soy aguerrida, peleo todas las pelotas y, por lo mismo, mi mayor defecto es la pasión. No me gusta perder, soy muy picada. Ahí es donde el carácter argentino me aflora ante la frustración", confiesa la cantante.
Actualmente participa en varios equipos durante la semana: Nikkita, Vayan Vendan Kuchen, Fusión y TVN, y sabe que la clave para lograr los objetivos es el trabajo en equipo. "Las individualidades funcionan si todo el equipo hace bien su trabajo. La comunicación, la ubicación y el compañerismo son fundamentales a la hora de enfrentar los partidos", sostiene.
Y aunque la conductora del espacio televisivo "Conecta2", asegura que el fútbol le ha traído innumerables alegrías, también reconoce que el camino no ha sido fácil. "Todas las mayores de 30 años que jugamos, crecimos algo frustradas en relación al fútbol. Viviendo bajo el estereotipo de que somos malas y que pegamos puras patadas. Sin embargo, es maravilloso ver cómo a punta de caídas y tropiezos, todas nos hemos hecho respetar en la cancha", enfatiza.
Hoy, la cantante debe compatibilizar su vida artística con el deporte, por lo que la organización es fundamental. "Los días de semana son para el fútbol, y el sábado y domingo, para el trabajo. Muchas veces las chicas del equipo hacían un círculo a mi alrededor para que la gente no viera que me cambiaba de ropa, me echaba botellas de agua por todos lados, perfume y a cantar...", comenta la hincha de Estudiantes de la Plata.
Javier Quirós La ganadora de "Rojo, fama contra fama" no sólo ha construido una carrera artística en Chile, que incluye la grabación de cinco discos y la participación en televisión como actriz y animadora, sino que también dedica gran parte de su tiempo a cultivar el deporte que más la apasiona: el fútbol.
La faceta deportiva de María Jimena Pereyra surgió desde su infancia. Además de nacer en Argentina, un país ligado fuertemente al fútbol, se crió en una familia muy aficionada al deporte. Todo ello fue forjando su personalidad. Su característica principal a la hora de competir es alcanzar las metas a punta de coraje y ganas. "Soy aguerrida, peleo todas las pelotas y, por lo mismo, mi mayor defecto es la pasión. No me gusta perder, soy muy picada. Ahí es donde el carácter argentino me aflora ante la frustración", confiesa la cantante.
Actualmente participa en varios equipos durante la semana: Nikkita, Vayan Vendan Kuchen, Fusión y TVN, y sabe que la clave para lograr los objetivos es el trabajo en equipo. "Las individualidades funcionan si todo el equipo hace bien su trabajo. La comunicación, la ubicación y el compañerismo son fundamentales a la hora de enfrentar los partidos", sostiene.
Y aunque la conductora del espacio televisivo "Conecta2", asegura que el fútbol le ha traído innumerables alegrías, también reconoce que el camino no ha sido fácil. "Todas las mayores de 30 años que jugamos, crecimos algo frustradas en relación al fútbol. Viviendo bajo el estereotipo de que somos malas y que pegamos puras patadas. Sin embargo, es maravilloso ver cómo a punta de caídas y tropiezos, todas nos hemos hecho respetar en la cancha", enfatiza.
Hoy, la cantante debe compatibilizar su vida artística con el deporte, por lo que la organización es fundamental. "Los días de semana son para el fútbol, y el sábado y domingo, para el trabajo. Muchas veces las chicas del equipo hacían un círculo a mi alrededor para que la gente no viera que me cambiaba de ropa, me echaba botellas de agua por todos lados, perfume y a cantar...", comenta la hincha de Estudiantes de la Plata.
www.elmercurio.cl